Desde el punto de vista de la salud bucal, las manchas en los dientes suelen tener múltiples orígenes, algunas de estas causas están relacionadas con hábitos de consumo de ciertos alimentos o productos (como resultado del tabaquismo o un consumo excesivo de café), y otras pueden ser causadas por motivos ajenos y que no siempre es posible prevenir.
Las manchas más comunes que suelen aparecer en los dientes pueden ser blancas, amarillas o marrones, dependiendo de la causa o los múltiples los factores que intervienen en este aspecto.
Una de las causas de la aparición de las manchas en los dientes es el factor genético. Debido a un factor genético, algunas personas presentan unos dientes de tono más amarillento o una capa de esmalte menos gruesa que otras personas, por ello son más propensas al desgaste y cambios de color del tono de los dientes con el paso del tiempo.
Dicho desgaste natural puede hacer que de forma progresiva se comienze a perder la capa de esmalte dental que suele ser de color blanco, y que además hace que refleje la luz y nos dé ese aspecto de sonrisa brillante y saludable. Si la capa de esmalte se desgasta, se llega a traslucir el color de la dentina que tiene un color más amarillento que el esmalte, además da una sensación de transparencia al ser el grosor de los dientes más fino, además de ser más propensos a sufrir otras enfermedades de salud dental.
Otra causa que produce desgaste de esmalte dental es lo que denominamos, bruxismo, que no es más que el acto de apretar y rechinar los dientes mientras estamos dormidos. Este factor también al esmalte de los dientes produciendo su deterioro.
Por otro lado, otra causa que puede afectar a la salud de nuestro esmalte dental, son los golpes o caídas, que pueden llegar a crear micro fisuras que deterioran el esmalte, fomentando la absorción de algunos colorantes que contienen ciertos alimentos, llegando a provocar manchas en los dientes.
Lo más habitual es que la aparición de las manchas en los dientes se deban a causas como, la ingesta de ciertos alimentos con un poder colorante sobre el esmalte elevado de forma excesiva, como puede ser el café, algunos tipos de té, vino tinto, o refrescos carbonatados. Estos alimentos pueden llegar a oscurecer con el tiempo el color blanco natural de nuestros dientes.
El tabaquismo, es otra de las causas principales que amarillean el esmalte dental, ya que la nicotina y los componentes tóxicos que contienen los cigarrillos, actúan de forma agresiva sobre el esmalte, llegando a oscurecer los dientes con el paso del tiempo.
Otra causa que daña nuestro esmalte, menos conocida, es el consumo de alimentos cítricos, tales como la naranja, el limón, bebidas carbonatadas o el vinagre, ya que la acidez de estos alimentos actúan de forma abrasiva sobre nuestro esmalte, llegando a erosionarse. La capa de esmalte puede volverse más fina, pudiendo llegar a transparentar la dentina de los dientes, que como ya dijimos, suele tener un tono más amarillento que el esmalte, y hace que los dientes se vean más oscuros. En estos casos, manteniendo una buena higiene dental tras el consumo de dichos alimentos, es suficiente para evitar el desgaste del esmalte.
De forma general, la falta de una correcta higiene dental después de cada comida, también es una causa de la aparición de manchas en los dientes, ya que si no eliminamos la placa bacteriana que se forma tras el consumo de alimentos, los dientes perderán su brillo natural, y en el peor de los casos, puede formarse una capa de sarro que ofrece a los dientes un aspecto menos atractivo.
También debemos tener cuidado con el consumo de ciertos medicamentos o fármacos, como la tetraciclina, enjuagues bucales que contienen clorhexidina, antihistamínicos como el Benadryl, algunos medicamentos antipsicóticos y para la hipertensión, que también pueden decolorar los dientes.
Igualmente, un exceso de uso de flúor durante la etapa infantil, puede causar aparición de manchas blancas en los dientes de los niños.
La primera opción que debemos tener en cuenta para evitar y prevenir la aparición de manchas en los dientes es mantener una higiene bucal apropiada y diaria. Puede que el cepillado de dientes no sea suficiente, pero para ello, existen complementos que ayudan a mejorar nuestra higiene como el hilo dental, enjuagues, o los cepillos interproximales, que ayudan realizar una limpieza más profunda. Si queremos mantener una sonrisa sana y unos dientes blancos, el cuidado diario debe ser constante a lo largo de nuestra vida, procurando cepillarnos los dientes al menos tres veces al día, evitando el exceso de alimentos, bebidas o sustancias que los perjudiquen, y visitando al dentista al menos una vez al año para realizarnos una limpieza bucal profesional.
En otros casos, mantener hábitos de higiene bucal no es suficiente para evitar la aparición de manchas en los dientes o el oscurecimiento del blanco natural. En ese caso, lo más recomendable es acudir siempre a un especialista para que valore el estado de nuestra dentadura y encuentre una solución apropiada para las manchas. Los dentistas y odontólogos contamos con los conocimientos y técnicas necesarias para devolver a los dientes un tono blanco natural. Por lo general, los métodos más empleados para eliminar las manchas en los dientes consisten en tratamientos de blanqueamiento dental con productos específicos para ello, o en otros casos, se recomienda la colocación de carillas dentales, aunque insistimos, que debe ser el profesional el que diagnostique en cada caso la opción más adecuada para conseguir una sonrisa saludable y más blanca.
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