El problema de la erosión dental afecta al esmalte de los dientes, y sus efectos perjudiciales no solo afectan al plano estético, ya que también pueden influir de forma negativa en otros factores para la salud, como la sensibilidad dental. A continuación, vamos a identificar las principales causas que originan la erosión dental, cómo se debe tratar y qué podemos hacer para prevenir su aparición.
La erosión dental es uno de los diferentes tipos de desgastes dentales que existen, junto con la abrasión, la atrición y la abfracción.
En el caso de la erosión dental, esta sucede cuando se produce un daño en el esmalte dental causada por ácidos ajenos a los presentes en la placa bacteriana. De esta forma, se podrían distinguir dos tipos de erosión:
El esmalte dental es la parte que recubre la parte externa de los dientes, cuya función es proteger la estructura interna del diente de los agentes patógenos externos, por ello, el debilitamiento del esmalte a causa de la erosión dental supone la exposición de la dentina (la parte de color amarillento del diente).
Algunos de los síntomas de la erosión dental son los siguientes:
Una vez que se identifican los primeros síntomas de la erosión dental, lo recomendable es acudir a un odontólogo para que realice el diagnóstico, y dependiendo del caso, prescriba el tratamiento más adecuado para cada caso.
Para prescribir el tratamiento adecuado para la erosión dental el especialista debe investigar en primer lugar las causas que provoca el daño del esmalte. Y una vez determinadas, encontramos tres tipos de tratamientos diferentes en función del grado de avance de la erosión dental.
Para los casos de erosión inicial, se suele recomendar al paciente una serie de pautas preventivas que deberá cumplir de forma rigurosa si no quiere que la afección vaya a más. Con dichas pautas, se evitarían las consecuencias perjudiciales que afectarían al esmalte y a la salud dental del paciente.
En el caso de que la erosión dental sea moderada, y el esmalte haya perdido grosor de forma localizada en el diente, dejando expuesta la dentina, entonces habrá que realizar una obturación con composite.
Si la erosión severa, y la pérdida de esmalte ha afectado a varias zonas de un mismo diente o en varios dientes, y el paciente sufra de sensibilidad dental aguda, entonces se podría optar por la reconstrucción de las piezas dentales afectadas. En los casos más graves, se puede recurrir incluso a la realización de una endodoncia o la colocación de incrustaciones o coronas dentales.
La base para tener unos dientes sanos es mantener una dieta equilibrada y una rutina de higiene diaria. Como hemos visto a lo largo de este artículo, existen ciertos alimentos que pueden dañar el esmalte de nuestros dientes, como las bebidas carbonatadas. Para evitar que estas dañen nuestro esmalte más de lo deseado, podemos intentar reducir el contacto con nuestros dientes tomándolas con una pajita.
También es aconsejable si tomas bebidas o alimentos ácidos, cepillarse los dientes, pero recuerda que hay que esperar de 20 a 30 minutos, ya que si lo hacemos inmediatamente después de tomarlos, estaremos repartiendo los ácidos de la boca por los dientes, y por lo tanto empeorando los efectos de la erosión dental.
No olvides incorporar a tu rutina de higiene diaria el hilo dental o cepillo interproximal, esto te ayudará a eliminar todos los restos de alimentos que el cepillado no elimina.
No uses demasiada fuerza en tu cepillado diario, un cepillado agresivo puede dañar el esmalte dental. Procura utilizar cepillo de cerdas suaves o medias, que no dañen a las encías, y cepillar durante al menos 2 o 3 minutos.
Utiliza pasta dental con flúor, ya que protege al esmalte de la acción de los ácidos y agentes externos.
Bebe abundante agua, esto ayudará a generar saliva y evitar la sequedad bucal. La saliva regula el pH de la boca, controlando el nivel de ácidos producidos por la placa bacteriana.
Y sobre todo, visita a tu dentista al menos una vez al año para que detecte cualquier tipo de afección en tu salud bucodental.
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